2/2 SUJETO POLÍTICO TRANS : ¿LA BASE DE UN CAMBIO SOCIAL?

Lydia Dols • 10 de octubre de 2023
En esta segunda parte del artículo continuamos enumerando y describiendo los factores que deben conformar un Sujeto Político Trans operativo y basado en la realidad.

Segundo factor: nuestra ANTIGÜEDAD Y PERVIVENCIA HISTÓRICA

Lejos de ser esa moda que predican algunos, las identidades trans, como condición biológica autoperceptiva, existimos desde que existe la Humanidad y nos respalda una amplia historia y mitología transmitidas a lo largo del tiempo en todas las culturas. A lo largo de los milenios, las identidades de género no normativas, junto a las condiciones más visibles de intersexualidad, hemos crecido y sobrevivido bajo una diversa gama de encarnaciones y denominaciones; en determinadas épocas y sociedades se nos ha considerado personajes de poder o mágicos y en otras se nos ha perseguido y se nos sigue persiguiendo hasta la muerte, por perturbar y confrontar el concepto binarista a ultranza que diseña esas sociedades. Se trata de un amplísimo legado de precedentes culturales que conforman nuestra identidad y del que las personas trans debemos sentirnos orgullosas.

Un legado que no es conocido todo lo que debiera, ya que generalmente los esfuerzos de divulgación de la historia de las identidades trans suelen pecar de superficiales, ya que empiezan a contarse desde los años 30 del siglo XX, cuando florece el inicio de la ciencia de la transexualidad con la revelación de un personaje icónico como es Lili Elbe y también la menos conocida Dora Richter, los dos primeros procesos de reasignación realizados en la clínica del doctor Magnus Hirschfeld, en Berlín. Así, la historia de las identidades de género no normativas se convierte erróneamente en una historia de la transexualidad.
 
Después y avanzando en el tiempo, se suelen rastrear las biografías de personajes del espectáculo, de activistas icónicas o de personajes histriónicos nada recomendables como ejemplo para la comunidad trans actual y mucho menos para nuestra infancia trans, como puede ser en España el caso de La Veneno, una mujer transexual desde siempre utilizada y ridiculizada, cuya tristísima biografía ha sido convertida recientemente en una especie de icono trans y pop. ¿Pero alguna habéis oído hablar de la investigadora Lynn Conway, pionera en el desarrollo del chip de silicio?¿O de Wendy Carlos, madre de la música electrónica y autora de famosas bandas sonoras como A Clockwork Orange o The Shinning?

Según esta reducida visión de nuestra historia reciente reconvertida en una historia de victimismo, las personas transexuales somos mártires de la sociedad que a pesar de todo tipo de ataques e incomprensión hemos conservado en el tiempo nuestra dignidad de Seres Humanos. Como discurso de superación y reivindicación de nuestra mayoría silenciosa empujada a vivir en los márgenes sociales me parece correcto, excepto que, tal y como comentaba al principio, las personas trans somos mucho, muchísimo más.

¿Conocéis la leyenda griega de Hermafrodito, al que los dioses fundieron físicamente con la mujer que amaba?¿Conocéis el culto a Cibeles, la diosa trans de la fecundidad y su amante Atis? ¿Sabéis lo que son las muxes mejicanas o las personas dos espíritus de los indígenas norteamericanos? ¿Conocéis a Catalina de Erauso, la Monja Alférez que bajo identidad masculina luchó en las guerras de la conquista de América? ¿Al médico
Elena (Eleno) de Céspedes, que desarrolló su carrera como cirujano en la España del Siglo de Oro?¿Conocéis a la valenciana Margarida Borrás, ajusticiada en la Edad Media por asumir socialmente su identidad de mujer? ¿O al Caballero de Eon, espía del rey Luis XV de Francia que en las cortes europeas alternaba su doble identidad masculina y femenina? O la leyenda de Rebis que se divulgó entre los primeros cristianos, la primera criatura humana que portaba los dos sexos, masculino y femenino, y de la que el propio Creador tuvo celos por considerarla un ser perfecto. O la interpretación filosófica del Opus Magnum, la piedra filosofal de los alquimistas medievales, que no era sino la metamorfosis final del propio alquimista a un estado superior de Humanidad, el Divino Andrógino, cuyo cuerpo fundía en su perfección física el equilibrio entre los dos sexos. Una metáfora tomada por uno de los padres de la psiquiatría, Carl Gustav Jung, como símbolo del equilibrio entre todas las partes del YO... Tenemos miles de ejemplos de esta valiosísima herencia cultural, que desde los abismos del tiempo nos sigue gritando quiénes somos.

La historia de las identidades trans y las no normativas no comienza en los años 30 ni en Stonewall. No sólo somos personajes folclóricos, no sólo somos activistas políticos, no sólo somos víctimas de la sociedad o la anécdota propicia para rellenar los noticiarios. Desde el principio del devenir humano hemos sido adoradas como dioses, perseguidas como demonios, e incluso algunos, como os comento, han llegado a considerar la mágica fusión simbiótica de los géneros masculino y femenino como el estado superior de la ideal evolución espiritual del Ser Humano. Una historia escondida y mucho más apasionante y rica que la que se suele generalmente divulgar. Ya es hora también de que la Comunidad Trans e lntersexual, las cuales hemos caminado juntas durante mucho tiempo, empecemos a conocer nuestras robadas raíces, transmitirlas y reivindicarlas con el lícito Orgullo que nos corresponde.


Tercer factor: ORGULLO DE SER PERSONAS TRANS

Aunque esto parezca una perogrullada en un texto que pretende ser activista, no tengo más remedio que subrayarlo porque ésa debe ser siempre nuestra actitud, siempre con la cabeza muy alta siendo conscientes de todo lo que somos y de todo lo que representamos.

Orgullo de ser quienes somos y nunca victimismo, sino todo lo contrario. Se trata precisamente de hacer valer nuestra naturaleza, nuestra esencia, nuestro espacio en la sociedad y nuestros derechos como Seres Humanos. Y nunca dejarnos pisotear. Contestemos siempre con racionalidad y, si es necesario, también con la pertinente contundencia a la más mínima ofensa, a la más mínima afrenta, al más mínimo cuestionamiento de nuestra realidad. De nosotras depende: si ejercemos de víctimas, como víctimas se nos va a tratar.

Y este Orgullo también debería significar no obsesionarnos nunca con ese peso llamado cispassing, con el que la sociedad mayoritariamente binaria en la que se desenvuelven nuestras vidas nos ha obligado a cargar y con el que somos laminadas para su propia conveniencia. Aunque naturalmente cada persona individual es y debe ser libre de realizar su elección de vida, nuestra actitud ideal no debería ser fingir por miedo una irrealidad que no somos para que la sociedad nos acepte, sino obligar a esa sociedad a que nos acepte y respete tal y como somos y como nosotras elegimos mostrarnos al mundo, justo como debe hacer con todo Ser Humano.

Las personas trans no somos y nunca seremos personas cis, ni tampoco lo necesitamos. Somos hombres y mujeres trans con todo lo que esta verdad conlleva, algunas de nosotras no son ni hombres ni mujeres. Ésa es la espléndida realidad que debemos reivindicar y de la que siempre y en todo momento debemos sentirnos Orgullosas.

Cuarto factor: DERECHOS HUMANOS


Como ya he mencionado en un artículo anterior en el que trataba el tema exhaustivamente, el reconocimiento de las identidades trans por nuestra Sociedad Occidental es ahora mismo la culminación y el mayor avance ético realizado sobre los derechos promovidos en la Declaración Internacional de Derechos Humanos. Cuando defendemos los derechos de las personas trans estamos en realidad defendiendo los derechos individuales de todo Ser Humano, la propiedad individual sobre su propia vida y su propio cuerpo, y esta realidad significa la mayor revolución ética de la historia humana.

 

Aunque todavía discutido por algunos, el poder de decisión sobre nuestro cuerpo es un Derecho Humano básico, un derecho que no debe estar de ninguna manera ni por ninguna razón sujeto a prohibición, restricción ni manipulación. Para ser del todo completo, este derecho sobre nuestro cuerpo debe comprender el ejercicio en libertad de su expresión, utilización y transformación.



Quinto factor: TRANSHUMANISMO


Como ya hemos visto, las identidades trans tenemos un inmenso pasado a nuestras espaldas, pero somos también futuro y nuestra existencia simboliza por sí sola y sin complejos la vanguardia de este futuro ya no tan lejano.


El concepto de transexualidad forma parte por propio derecho del Transhumanismo, en el sentido en que esta por ahora poco y mal conocida escuela de pensamiento defiende entre otras muchas cosas el derecho moral de aquellos Seres Humanos que desean utilizar las técnicas a su alcance para ampliar sus capacidades mentales y físicas con el objeto de mejorar el control sobre sus propias vidas, utilizando la carne humana como material moldeable y sujeto de cambio y experimentación de acuerdo con los designios de su voluntad individual (derecho de transformación).


Los tratamientos quirúrgicos y hormonales que utilizamos las personas transexuales para adaptar nuestro cuerpo a nuestra personalidad real nos incluyen por lógica y derecho dentro de esta innovadora mirada al futuro, la cual posee en sí misma la capacidad de modificar además todos aquellos viejos dogmas y conceptos sociales y éticos a los que esta perspectiva científica empuja y encamina a evolucionar. Como ya he comentado más arriba, las identidades trans existimos desde que existe la Humanidad, pero las personas transexuales que formamos parte de esta Comunidad somos por voluntad propia legítimas hijas de la ciencia y del progreso, tanto técnico como moral.

 

Concluyendo: la simple existencia de las personas trans y de las identidades de género no normativas significa, a nivel social y ético, el cuestionamiento, la transgresión, la provocación y la capacidad de transformación y liberación de la pesada cadena binarista que todavía funciona como uno de los pilares básicos de las sociedades actuales. Ése es nuestro poder, la razón por la que se nos teme y se nos intenta anular. Ahora debemos descubrir cómo utilizarla.

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22 de noviembre de 2025
Desde hace años nuestra Asociación conmemora en la ciudad de Elche el Día Internacional de la Memoria Trans, leyendo todos los nombres de las personas trans asesinadas en el último año. Casi trescientas personas trans asesinadas, sin ser cifras oficiales (nacen de los reportes de diferentes medios de comunicación), indican la barbaridad a la que nos enfrentamos mes tras mes. Un 14% de estas personas han sido activistas trans visibles, subiendo del 9% el año pasad, y del 6% de hace dos años. Pero, aunque intenten silenciarnos seguiremos defendiendo los Derechos Humanos, los derechos del Colectivo LGTBIQ+ y específicamente de las personas Trans. El consistorio de Elche habitualmente no nos permite tratar sobre las personas Trans, ocurría con la anterior corporación (PSOE y Compromís), y sigue sucediendo actualmente (PP y VOX), basándose siempre en la premisa de "no es el momento". Para nuestra Asociación siempre es el momento. Y este año, queremos dar las gracias a la Asociación Temis Elche por compartir con nosotros este acto íntimo, cercano e incluso desagradable, porque recordar a docenas de personas asesinadas nunca es bonito, pero ¡no nos callarán!
30 de octubre de 2025
Desde la Asociación Entendemos LGTBI de la provincia de Alicante apoyamos la participación de nuestra asociación en los Gay Games Valencia del próximo año al considerar que la ‘ visibilización’ es lo más importante en los tiempos que corren. Llenar las calles de Valencia de deportistas LGTBI, y sobre todo de banderas trans, como repulsa a el cambio de ley trans valenciana , y las consiguientes pérdidas de derechos que esto trae consigo, consideramos que es mucho más interesante que el vaciar de personas la celebración de los XII Gay Games. No nos van a robar las calles . Las calles pertenecen al pueblo, y las personas LGTBIQ+ somos ciudadanía con los mismos derechos y deberes que el resto de la población, y todo aquello que no se visibiliza no existe , por este motivo, participaremos en los Gay Games Valencia demostrando a quienes nos gobiernan que la protesta callejera nos pertenece y que no nos apartarán de las calles. Una foto con miles de personas LGTBIQ+ recorriendo las calles de Valéncia creemos que es mucho más potente que unas calles vacías de reivindicación. ¡Porque no nos callarán!, seguiremos luchando por nuestros derechos, y la lucha social se ha hecho siempre desde la calle y de ahí a los parlamentos.
30 de octubre de 2025
La mayoría de los clubes que integran la Agrupación Deportiva Ibérica LGTBI+ (ADI LGTBI+) ha decidido no apoyar la XII edición de los Gay Games, el evento multideportivo internacional que se celebrará en Valencia en 2026. Esta decisión se adoptó durante su asamblea anual celebrada el pasado 18 de octubre en Alicante, con la participación de 16 de las 24 asociaciones que forman parte de la Agrupación. En la votación, ocho clubes se pronunciaron en contra de respaldar la organización de la competición (Chrysallis, Dimove, Diverceres, Dracs, Faciendo Camín, Madminton, Panteres Grogues y Titanes); cinco optaron por abstenerse (Indea, GMadrid Sports, Halegatos, Miaukatuz y Samarucs), y tres mostraron su apoyo (Cierzo, Entendemos y Madpoint). En el ámbito de la Comunidad Valenciana, dos de las cuatro entidades socias (Dimove y Dracs) votaron en contra, mientras que Entendemos se mostró a favor y Samarucs se abstuvo. En esta ocasión, la votación tiene carácter vinculante para los clubes participantes. Esto no cuestiona el trabajo ni el legado de la Federación de Gay Games, sino que responde al contexto político actual. La negativa se basa en dos motivos: haber minimizado la presencia de asociaciones y entidades LGTBI+ en la organización, cuando formaban parte desde el inicio; y el recorte legislativo de derechos a personas LGTBI+, especialmente contra las personas trans, promovidos por el actual gobierno de la Comunidad Valenciana. Primer motivo: Minimizar la presencia de asociaciones en los Gay Games Desde el primer momento, las asociaciones LGTBI+ de Valencia, entre las que se encuentran clubes de ADI LGTBI+, se implicaron en la redacción de propuestas y en la defensa de la autodeterminación de género, favoreciendo que las categorías deportivas sean realmente inclusivas. Este esfuerzo se materializó en 2021 con la elección de Valencia como sede de los Gay Games para 2026, convirtiéndose en el segundo mayor evento que acogerá la ciudad, con una previsión de 15.000 deportistas que participarán en 37 disciplinas diferentes. Entre 2021 y 2023, las asociaciones consiguieron estos compromisos para la participación real del colectivo. Sin embargo, con el cambio de gobierno en la Comunidad Valenciana, tras las elecciones de 2023, no se hizo el traspaso del control de la organización de los Gay Games a las entidades LGTBI+ valencianas, lo cual aleja el proyecto de su base comunitaria y del colectivo local. Asociaciones que incluso recibieron una subvención nominativa de 240.000 euros, como el club Dracs, que forma parte de ADI LGTBI+, la rechazaron por este motivo. Segundo motivo: El recorte de derechos a personas LGTBI+ Uno de los motivos de elección de Valencia como sede de los Gay Games 2026 era que tenía una de las legislaciones LGTBI+ más avanzadas del mundo en ese momento. Sin embargo, en los últimos meses, el Gobierno de la Generalitat Valenciana ha modificado la Ley Trans Valenciana, reducido recursos destinados a políticas de igualdad, rechazado tipificar las terapias de conversión como delito y prohibido la bandera LGTBI+ en espacios institucionales. En el ámbito deportivo, el Gobierno valenciano ha eliminado la participación de mujeres y hombres trans en sus respectivas categorías, restringiendo de igual modo el uso de vestuarios e instalaciones. Estas acciones representan un grave retroceso en los derechos fundamentales de todas las personas y no pueden ser normalizadas ni maquilladas mediante la colaboración en un evento deportivo internacional. adi lgtbi+
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